A través de nuestra experiencia hemos comprobado que los problemas de contaminación bacteriológica o bacterio-química están asociados a los defectos constructivos de las perforaciones realizadas. Remarquemos siempre las buenas obras a favor de nuestro medio acuífero.

Causas:

Perforaciones mal cementadas.
Generalmente se realizan en el día. O bien finalizan la perforación y luego de bombear le echan baldes de cemento (diluido o sin diluir), o bien encamisan la perforación, le colocan el cemento sin utilizar un método efectivo y luego, sin dejar fraguar al menos 12 horas, realizan maniobras de instalación de filtros y comienzo de explotación.

CONSECUENCIAS:

En ambos puntos el espacio anular resultante de la pared exterior del tubo y la pared de la perforación no quedaría correctamente sellada por el cemento. Debido a esto correríamos el riesgo de esforzar a descender el agua contaminada del acuífero subyacente.
El cemento en dicho espacio, además de evitar contaminaciones, servirá también para darle cierta rigidez al caño camisa (prevención de colapso y/o fisura del entubado).

CAUSAS:

En un erróneo análisis económico, algunas empresas perforadoras, con el objetivo de “bajar costos” colocan materiales de mala calidad, camisas no reforzadas, filtros plásticos de tela de nylon o de cobre estañado, gravas no seleccionadas.

CONSECUENCIAS:

Con respecto al caño camisa, si es de mala calidad, podría dañarse y permitir el ingreso de agua contaminada de las capas superiores. Si los filtros fueran de mala calidad así como las gravas no seleccionadas,  la vida útil de la perforación se acortaría,  bajaría progresivamente el rendimiento y se produciría el ingreso de arena u otro elemento no deseado.